Como los lectores asiduos de este blog sabéis, fui compromisario por la candidatura de Serafín Málaga en el proceso de escrutinio. Lo he vivido en primera fila y me dispongo a contaros las 24 horas en las que se consumó el cambio en la AEP.
Gracias a las argumentaciones de Cuatrecasas y los vocales en la Mesa Eectoral de la candidatura Una AEP para Tod@s encabezada por Serafín Málaga, el Profesor Argemí, presidente de la mesa decidió anular los votos acompañados de un DNI caducado y los duplicados, lo que en definitiva fue vital, como veréis. A cambio no concedió la ampliación de horario, lo que, como demostraron los hechos, pudo haber causado la derrota de la candidatura por el cambio. Los dos cabeza de lista firmaron un compromiso aceptando las normas del escrutinio así dispuestas.
La candidatura oficialista era consciente de que el voto presencial no les favorecía y todo parecía conscientemente planificado para evitar el mismo: sólo cuatro horas de votación el primer día, ningún anuncio ni cartel, un local en una esquina difícil de encontrar, ningún aviso por megafonía …
Tal y como habíamos predicho en este blog, la única manera de detectar duplicados era desplegar todos los votos recibidos por correo por orden alfabético, como así se hizo, a partir de las 14:30 horas.

Primera clasificación de los votos
En una sala anexa a la de votación presencial se dispusieron 4 equipos con un representante (compromisario o interventor), de cada candidatura, auxiliados de manera intermitente por una azafata. Un equipo controlado por los vocales y constituido por personal del congreso (azafatas y un coordinador) abría los sobres o cajas externos e iba sacando los sobres individualizados que contenían el DNI y otro sobre cerrado con las papeletas.
Se comprobaba en las bases de datos cargadas en los portátiles allí dispuestos si el votante era socio y el número de orden que ocupaba en el censo (si no aparecía en el censo electrónico se comprobaba en unas listas adicionales de sociedades regionales), tras lo cual se repartían a una de las cuatro mesas de clasificación y comprobación, donde se marcaba en el listado del censo (en papel) que ya había votado y se clasificaba por orden alfabético. Sorprendentemente el censo era de 11.500 socios!! (siempre se había hablado de 9.000).

De la A a la C
Cuando aparecía un DNI caducado o se detectaba que ya había votado se marcaba el sobre o se grapaban los votos duplicados o incluso triplicados, que también los hubo, para su posterior descarte. También se descartaban los que no aparecían en el censo o listas complementarias o por defectos de forma, como llevar el DNI y el voto en el mismo sobre.
De esta manera se eliminaron oficialmente 488 “votos”.
De 15:30 a 19:30 se efectuó la votación presencial en la sala anexa a la que nos encontrábamos. 338 socios ejercieron de esa manera su derecho.

Argemí abre el último sobre
Una vez descartados los duplicados y con todos los votos perfectamente ordenados se procedió a leer los socios que habían votado de manera presencial, comprobando si habían votado por correo y eliminando este último voto, ya que el presencial prevalecía. De esta manera se eliminaron unos 35 votos.
Después se metieron los votos que contenían las papeletas en las urnas.
Todo el proceso duró casi 12 horas. Nos fuimos al hotel con todos los votos dentro de las urnas, listos para escrutinio, en las salas dispuestas para las elecciones, quedando la puerta sellada y precintada por el presidente de la mesa electoral. Se usaron cuatro urnas, una grande con todo el voto presencial en el fondo, que tenía 1518 votos (338 presenciales y 1185 por correo) y tres más pequeñas con 780, 720 y 394 respectivamente.

Escrutinio final
Al día siguiente comenzamos a las 09:30 a extraer los sobres de las urnas y efectuar el recuento. Ya he comentado que hasta las 12:15 aproximadamente la candidatura de Paredes fue ganando en una proporción de 58/42. A partir de esa hora empezaron a “salir” los votos presenciales que estaban en el fondo de la urna, que dieron un vuelco a la situación porque la proporción en este voto fue dramáticamente favorable a Serafín (casi el 90% como supe después al hacer cálculos). El resto ya lo sabéis, a las 12:30 sabíamos que Serafín Málaga era el nuevo presidente de la AEP.
El ambiente fue distendido y a pesar de la tensa campaña, era tal el volumen de trabajo que dió lugar a una complicidad que limó todas las asperezas. No fue ajeno a ello el trabajo realizado por el Profesor Argemí, que supo generar un buen ambiente.
Las azafatas y el coordinador de las mismas, todos del Departamento de Congresos desarrollaron su trabajo de manera impecable, también tuvimos en todo momento café nos trajeron unos pinchos para cenar.
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